Hematita:
Entre las propiedades de la Hematita se encuentra la de disolver la energía negativa e impedir que éstas entren en el aura, consiguiendo así que el cuerpo esté en paz y armonía.
Físicamente, la Hematita tiene una gran conexión con la sangre. Logrando, así, restaurar, fortalecer y regular el flujo sanguíneo. Un dato destacable es que trata el abuso de la comida, la adicción al tabaco y cualquier tipo de indulgencia.
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Turquesa:
La turquesa es una piedra sanadora muy eficaz que ofrece bienestar al cuerpo y espíritu.
Es una piedra protectora que ha sido usada como amuleto desde tiempos remotos.
Puesta sobre el tercer ojo potencia intuición y, sobre el chacra garganta, libera inhibiciones y prohibiciones.
Amatista:
La amatista es una piedra energética que nos invita a ser más intuitivos, a dar salida a nuestros temores hasta eliminar los miedos más profundos.
La amatista es una piedra protectora porque nos ayuda a superar cualquier bloqueo y obstáculo.
Es un remedio excelente para eliminar el estrés y vivir con mayor calma.
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Ágata:
El ágata amarilla te ayudará a conseguir el equilibrio emocional. Es beneficiosa para los problemas del aparato digestivo y para la circulación de la sangre.
Se sabe que el ágata rosa ayuda a superar la amargura del corazón y a estabilizar el aura. También es bastante calmante y tranquilizador; puede desestimar el miedo e infundir energía positiva, coraje y fuerza para restaurar o aumentar la confianza en sí mismo.
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